Mur de límit de finca de Passeig d’Olot, 42
Projecte
En la infancia no hay ni nacionalidades, ni razas. Solo existen la curiosidad, el juego, la ilusión y las personas con quien lo compartimos. El juego nos une a todos, hace que nos sintamos parte del grupo, incluidos. Además, jugamos a los mismos juegos en todos los continentes: escondite, saltar a la goma, pilla-pilla, batalla naval, aviones de papel.
Algo tan sencillo como doblar aviones de papel y hacerles volar simboliza la mirada al horizonte, al futuro sin miedo y con ilusión. Jugando, compartiendo, creamos una comunidad, los que la tenemos lejos, encontramos la familia en ella. Convivir las diferencias en esta comunidad nos hace crecer.
La diversidad hace crecer la sociedad únicamente cuando esta normalizada como lo hacen los niños jugando juntos sin prejuicios, compartiendo actividades donde cada uno encaja.
Mur que limita la finca, amb molta visibilitat des del transitat Passeig d’Olot, entrada oest a Girona, que limita els barris de Santa Eugènia de Ter i Can Gibert del Pla al seu pas.